Ser libre: mi elección

Caminar auténtico en un mundo que te pide ser otro.

Llegas a este umbral, peregrino, con el eco de una jaula invisible resonando en tu alma.
El sistema, la sociedad, la presión del mundo… has aprendido a nombrarlos de mil formas,
pero su Gnosis es siempre la misma: creer que una fuerza externa te obliga a ser alguien que no eres.

Has vivido como un actor en una obra escrita por otros, anhelando la libertad entre bastidores.
Ese es el plomo de tu Nigredo: el miedo a que tu verdadero ser no sea aceptado.

Pero hoy, en esta estancia, pronuncias un juramento que lo cambia todo:
“Ser libre: mi elección.”

Con estas palabras no declaras la guerra al mundo; declaras tu paz interior.
Este es el acto sagrado de la Separatio: comprender que el sistema no puede obligarte,
solo puede recibir el poder que tú le das con tu miedo a la soledad.

El sistema no encarcela: seduce.
Ofrece la seguridad de la aceptación a cambio de tu autenticidad,
el calor del rebaño a cambio de tu verdad.
Y durante mucho tiempo aceptaste el trueque.

Elegir ser libre no es destruir la jaula:
es ver que la puerta siempre estuvo abierta.
No es luchar contra el mundo,
es caminar a través de él con el corazón intacto,
anclado no en la aprobación ajena, sino en la certeza de tu Senda.

Has hecho tu elección.
Has elegido ser libre.

Ya no eres prisionero del sistema:
eres el arquitecto de tu soberanía.

La Senda continúa en El Umbral.

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