Sentido de mi Vida y Vocación

La Palabra del Vestíbulo

Nuestra búsqueda de propósito a menudo comienza como una pregunta susurrada en el silencio: “¿Para qué estoy aquí?”

Lo que vemos es un vacío, una ausencia de norte, un mapa en blanco que nos aterra. Sentimos que la vida es una obra en la que no hemos elegido nuestro papel.

Esta fractura entre el anhelo del alma por un sentido y la aparente aleatoriedad del mundo es la Herida del Propósito, la segunda etapa de la Gran Obra, donde el alma ya no pregunta “¿Quién soy?”, sino “¿Para qué soy?”

Esa ausencia de propósito no es tu destino: es tu Nigredo. Es el vacío fértil, la materia prima desde la cual forjarás tu propia Gran Obra.

Tu misión no es encontrar un propósito que yace oculto, sino forjarlo con el fuego de tu voluntad y el oro de tus dones únicos.

Tu crisis de propósito no es una pérdida del yo: es la llamada a convertirte en el arquitecto de tu propio destino.

Si estás listo para dejar de buscar un mapa y empezar a forjar tu propia brújula, la alquimia del alma será tu maestra y compañera.

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