

Apruebo mi Alma
La Sentencia de la Luz Propia, debes Aprobar a tu Alma.
La cárcel del juicio ajeno
Has llegado a la celda. El miedo al rechazo no es un simple sentimiento; es la Cárcel más íntima que has construido con el ladrillo de la opinión ajena. Vives bajo la tiranía de la mirada externa, esperando el veredicto que determine si mereces el afecto o el lugar que ocupas.
Esta prisión es una Nigredo constante, una disolución de tu autenticidad,
porque te obligas a moldear tu Esencia para caber en una jaula que nunca fue diseñada para ti. Dejas que la voz del otro sea tu brújula y pierdes la Senda del Corazón.
El veredicto silencioso: la autoridad del miedo
El primer acto de liberación es reconocer que el juicio ajeno no tiene poder real sobre tu Ser. Su autoridad existe solo en el permiso que tú le otorgas. El miedo al rechazo es, en realidad, miedo a tu propia verdad.
Temes que el juicio externo confirme la creencia interna que has cultivado sobre tu insuficiencia. El rechazo del mundo es una sombra; tu temor a él es la cadena que te une a esa sombra. La única cadena que te aprisiona es la que se forja cuando no te das tu propia aprobación.
La firma del Ser (Albedo)
Las cadenas del juicio no se rompen con la fuerza, sino con la Firma de la Autenticidad.
Apruebo mi alma es el juramento de libertad: declara que el único juicio que importa es el del Ser que te sostiene. El rechazo no es un castigo, sino un acto de empoderamiento.
El rechazo de la manada equivocada es la confirmación de que estás en la Senda correcta, acercándote a tu Verdadera Tribu. Cuando tú te apruebas —el Albedo—, la sentencia externa pierde su voz. Tu liberación comienza al aceptar tu propia luz, con sus fallos y su gloria.
La ley de la aprobación interior
Tu Esencia no necesita validación. Solo necesita tu consentimiento. Tu miedo no es tu juez.
Apruebo mi alma. Respira esta verdad.Sácala de tus huesos. Tu consentimiento es el oro que rompe las cadenas del rechazo.
Todo empieza en El Umbral.


