

Ser o no Ser: elijo Ser
Has llegado al abismo, peregrino, a la pregunta que sostiene a todas las demás: el dilema final del alma — Ser o no Ser.
Durante toda una vida, has habitado el no Ser.
Has sido eco de las expectativas ajenas, reflejo en el espejo de los demás,
actor interpretando un papel que nunca elegiste.
Has temido que, si mostrabas tu verdad, el mundo te rechazaría.Y en ese miedo, has sido el primero en rechazarte.
Ese es el plomo de tu Nigredo.
Pero el eco se ha vuelto un grito sordo.
El reflejo, una imagen vacía.
El actor anhela, por fin, despojarse del disfraz.
La pregunta ya no es una tortura: es una encrucijada.
Y desde el borde del abismo, tu alma responde con un juramento:
“Elijo Ser.”
Esa elección es el acto sagrado de la Separatio.
El instante en que dejas de pedir permiso para existir
y reclamas tu soberanía.
Elegir Ser no es un acto de egoísmo, sino de alineación cósmica.
Es permitir que la verdad que habita en ti se manifieste en el mundo.
No significa ser inflexible, sino ser coherente.
No significa ser perfecto, sino ser íntegro.
Elegir Ser es caminar tu propia Senda aunque nadie más la comprenda.
Es hablar con tu voz, aunque tiemble.
Es honrar tu luz, incluso cuando tu sombra te haga dudar.
Es el acto de fe más radical: la fe en tu propio y sagrado derecho a existir.
Has hecho la elección.
Has elegido Ser.
El verdadero viaje comienza ahora.
La Senda continúa en El Umbral.

